La Riviera Nayarit es un destino múltiple sin dudas. Tiene muchos atributos naturales y culturales que la hacen única y ahí creo que reside la riqueza del lugar. Nayarit y Jalisco, en sus costas, no son destinos «puros» de playa, en el sentido que yo al menos tomo para estas definiciones. Las playas son grandes y diferentes, el mar es cálido y rico en fauna, pero no es la postal típica del agua turquesa que uno imagina cuando le hablan de México, asociado en el inconsciente colectivo y en el marketing turístico con Quintana Roo y sus puntos altos, Cancun, Riviera Maya, etc. Dicho todo esto ahora le toca el turno a la costa del Pacifico y ahí me encontré con una combinación de montaña-selva-mar-gente que realmente me sorprendió y cambio mi forma de ver el destino. Por una invitación de la Secretaria de Turismo de Puerto Vallarta (Jalisco) llegamos con expectativa y algo de sueño (es una actividad para la que hay que estar a las 9 am listo y preparado) a las oficinas de Vallarta Adventures en «El Mástil», punto de salida de muchos de sus tours, ubicado en cercanías del puerto y del centro. Ahí hicimos nuestro «check in» a la aventura, previo pesaje en balanza y con la anotación de nuestros kilos en la pulsera que nos dieron como pase. (el porque del pesaje al final de la historia). Nos reunimos con otros aventureros hasta formar un grupo de 11 personas, nosotros de Argentina y 9 americanos mas de diversas edades, sexo y peso. Abordamos la van de la empresa y partimos por una ruta a la montaña para hacer un trayecto de mas de 40 minutos recorriendo paisajes interiores, pequeños pueblos y paradores y selvas mas o menos densas. Finalmente llegamos a un paraje selvatico donde descendimos por un camino de tierra hasta llegar al «point» de Vallarta Adventures y su «Aventura Extrema». El lugar es una estructura de madera bastante grande, con un centro pentagonal con bar, shop y demás, a los costados vestuarios, baños y oficinas. Todo de gran calidad, excelente estado de conservación y gran profesionalismo como todo lo que Vallarta Adventures propone.
Conocimos a nuestros guías y en unos momentos ya estábamos en la plataforma de salida, poniéndonos arneses, cascos y sogas de seguridad. La experiencia completa era Tirolesa, Bungie, Off Road y Vuelo en Túnel de Viento.
Lo primero fue lanzarnos (previa instrucción y consejos de seguridad – una constante en la empresa) por diferentes Tirolesas, entre arboles gigantescos, en medio de la selva. Comenzamos con una de 50 metros de extensión y fuimos subiendo dificultad hasta llegar a los 500 metros de longitud con la promesa de que «ya nos llegaría la hora del vuelo de Superman»
En medio de las tirolesas hicimos descenso libre desde un árbol de mas de 30 metros de altura y después nos acercamos a una plataforma a 25 metros de altura donde nos prometieron una caída libre muy corta y un pendulo hasta llegar al suelo… cosa que en realidad fue bien distinta!!!! por suerte!! si bien la caída no fue extrema, para alguien que nunca lo había hecho, la sensación de caer al vació es al menos… rara!!!!
La experiencia Off Road fue algo con mucha adrenalina, trepados a los famosos vehículos Polaris recorrimos montañas, rios pedregosos, zanjas y muchos lugares que parecen imposibles de atravesar con un vehículo pero que estas maquinas a pura potencia se los devoran. Capitulo aparte el choque frontal de uno de los vehículos (conducido por un guía) contra un árbol, sin lesionados, excepto el off road que quedo con su tren delantero destrozado.
Después de eso subimos al punto mas alto del parque para llegar a un claro del bosque donde nos anunciaron que tendríamos nuestro «vuelo». La experiencia de Superman consiste en recorrer una tirolesa de 1.2 km de largo, sobre un arnés horizontal, acostado y con velocidades superiores a los 80 Km/h. Para esta aventura era la anotación del peso ya que es fundamental pesar mas de 60 kilos para lograr descenso y velocidad en el circuito completo. Aquellos que pesan menos deben llevar kilos agregados al arnés. Ya bastante «adaptados» a las aventuras nos animamos a mas y valió la pena, la experiencia de la velocidad sobre los arboles, pasando por túneles de hojas y ramas, Espectacular!!!
La penultima actividad del dia (casi 4 horas de accion ininterrumpida) fue el vuelo controlado. Nos vestimos como «paracaidistas» con cascos y demas para entrar de a uno a un «tubo» acrilico que en su base tiene una malla de acero y abajo una gran turbina por donde desde una cabina de control se lanza aire a gran velocidad para imitar lo que seria el descenso en paracaidas y practicar el «vuelo» en caida libre. Parecia facil pero no lo es, realmente hay que balancear bien el peso, la distribucion de las extremidades y demas, claro que para algunos es mas facil que para otros.
Cumplida la etapa del vuelo fuimos a la ultima actividad, un tunel de agua (oscuro, ciego) desde la cuspide de la montaña a una piscina en la base. Esa caida es a gran velocidad (mucha realmente) en la oscuridad absoluta. Un cierre genial para un dia plagado de actividades
https://www.vallarta-adventures.com/