Puede resultar extraño pero cuando me pidieron que escribas esta nota lo primero que recorde fue el despertador. Parece raro, seguro lo es, sin embargo todo tiene explicación, y es ahora lo que sigue. Las islas Cook son un archipiélago/país esparcido en el mítico Pacífico sur, a 3 horas de Tahití y 4 de nueva Zelanda. Son islas, 15 para ser más precisos, volcánicas en su mayoría y atolones como definición. Esto es “círculos» formados por barreras coralinas que separan el mar abierto de la tierra creando “lagunas» (exactamente como en Tahití o las Maldivas) con increíbles tonos turquesa y azul, brindando espacios para que la vida Marina explote en variedad y color y para que nuestros ojos se deslumbran solo con verlas.
Descubrí las islas cook buscando un destino de playa para terminar un viaje por Australia y quede obnubilado por las imágenes que fui encontrando. Volamos desde Auckland a Rarotonga, la capital del país, la isla más desarrollada pero de apenas 32km2, una pequeñisima ciudad, y una sola ruta asfaltada que da la vuelta a la redondez casi perfecta de lo que es un antiguo volcán apagado, en menos de una hora. Rarotonga, como todas las demás islas y como ya explique, es un atolón. Según el lugar de la isla la laguna es más grande o más chica, lo que significa que la barrera de coral está más cerca o más lejos de la costa. De todas formas en cualquier sitio la arena es finísima y blanca como pocas. Las palmeras pueblan todos los alrededores y los corales son protagonistas dándole color y una explosión de vida al paisaje.
Llegamos a Rarotonga o “Raro”, como le dicen por aca, un dia antes de haber salido de NZ. Si, es asi como leyeron. Por esas cuestiones de los husos horarios, las Islas Cook están en el lugar donde cambia el día. Esto hace que si uno vuela desde NZ, por ejemplo, despegue el dia 27 y llegue el 26 a destino. Por el contrario cuando te vas de Raro, por ejemplo el dia 15 llegas a NZ el dia 17. El aeropuerto es muy pequeño, con una sola puerta de embarque y casi ningún espacio con techo y paredes, apenas un techo para cubrirse del sol o de la lluvia según sea la ocasión.
La isla esta recorrida, como ya dije por una sola ruta asfaltada y por otra ruta que corre paralela a esta, tierra adentro, de tierra, en un segundo anillo. Todo inmerso en un paisaje que no se decide entre la selva y el mar. La mejor zona para quedarse, a mi entender, es Titikaveka, al sur de la isla, aunque la mayoría de los hoteles están en la zona de Muri. Titikaveka es más tranquilo, menos explotado turísticamente, dentro de la densidad turística media de la isla, sus playas son más grandes y las opciones de alojamiento bien diferentes, pasando por hoteles de alto nivel como por casas de alquiler.
Muri beach concentra la mayoría de los hoteles de la isla, desde hoteles pequeños hasta resorts de lujo como el Muri Resort. No todos tienen salida directa a la playa asi que ese es un tema a revisar cuando busquen alojamiento. Muri también es la más fotografiada y famosa por la presencia de pequeños islotes en los bordes de la barrera de coral que forman oasis de vegetación en medio del mar turquesa.
Muri beach concentra la mayoría de los hoteles de la isla, desde hoteles pequeños hasta resorts de lujo como el Muri Resort. No todos tienen salida directa a la playa asi que ese es un tema a revisar cuando busquen alojamiento. Muri también es la más fotografiada y famosa por la presencia de pequeños islotes en los bordes de la barrera de coral que forman oasis de vegetación en medio del mar turquesa.
En Raro todo gira alrededor del mar aunque cada vez mas hay actividades de aventura como expediciones en cuatriciclos y trekking que van ganando adeptos, sin embargo la propuesta del mar y su laguna es tan atrapante que se lleva toda la atención. Buceo y snorkel son sin lugar a dudas las vedettes del lugar y es comprensible porque la vida marina es tan rica e intensa que es uno de los mejores lugares del mundo donde practicar esta hermosa costumbre de sumergirse y descubrir. La transparencia del agua brinda visibilidades muy altas aun a profundidades importantes, sin embargo no hace falta sumergirse a grandes profundidas para disfrutar del espectáculo increíble de su fauna. Estar parado al borde del mar, meterse hasta las rodillas, es muchas veces suficiente para deslumbrarse, de hecho la laguna no es muy profunda y con la marea alta es difícil que supere el metro y medio de profundidad. Un capitulo aparte se llevan los corales que crecen y crecen dentro de la laguna con tamaños muchas veces superiores a los 3 o 4 metros de ancho y el metro de alto, quedando, cuando baja la marea expuestos en sus partes mas altas. Esos mismos corales son refugio y motivo de vida de langostas, peces gatillo, sargentos mayor, peces loro, morenas y miles de peces y moluscos mas.
La población de las islas es de origen Maori lo que los hace genéticamente grandes y fuertes, tanto a los hombres como a las mujeres, en contraste con esa presencia física que a veces llama la atención e intimida son profundamente afectuosos y amables además de tener una tradición cultural muy potente. Las propuestas gastronómicas están basadas en frutos de mar, algunas carnes de granja como pollos y cerdo, frutas y verduras organicas (un rasgo distintivo de la isla) y todo el resto es importado. No debe llamarte la atención que en los supermercados la mayor parte de los alimentos sea congelado, siendo que además no hay una gran variedad a disposición.
Las islas cook son un verdadero paraíso, sin eufemismos ni comparaciones tiradas de los pelos. Nunca vas a sentirte en una aglomeración de gente, jamas vas a ver invadidos tus espacios, tampoco te encontraras en medio de grandes grupos de gente en ningún lado. Es un lugar que invita a la contemplación de la naturaleza, al ritmo lento de su gente y su ciudad que apenas es un puerto, algunos comercios y un par de calles. El atardecer en sus playas cuando todo se pinta de naranja intenso, cuando esperas que no termine el dia. Nadar en su laguna, disfrutar del sol desde la arena, llegar remando al borde turbulento y sonoro de la barrera que la separa del mar abierto, son espectáculos, momentos, que deberían ser obligatorios en la vida de cualquier persona. Eso me hace acordar que me quedo pendiente la explicacion del recuerdo del despertador.
La cuestión es bastante simple. Habíamos alquilado una casa en Titikaveka sobre la ruta (esa única ruta), que tenia un living comedor enorme con 4 puertas ventanas que se abrían de par en par a un deck con pileta, bordeado de palmeras exuberantes y 10 pasos a la arena mas blanca del mundo y al mar mas exquisito que hayas visto. Resulta, entonces, que me obligue a poner el despertador a las 8 de la mañana todos los días para levantarme y en un extasis de placer abrir esas puertas, respirar el comienzo de un dia increíble y proponerme a exprimir ese paraíso hasta la ultima gota.
Un trago y un bocado mirando el mar
En el puerto de Rarotonga hay un par de bares y restaurantes pequeños, el mas reconocido es Traders Jack, completamente de madera lo que le ha valido destrucciones y reconstrucciones varias, una barra central, un par de bancos al sol y toda la onda de un lugar elegido por lugareños y turistas, recomendado y de paso obligado.
La gema escondida
Hay en las islas cook una isla muy famosa, esta es Aitutaki. A 50 minutos de vuelo esta esta pequeña isla, mucho menos desarrollada que Rarotonga pero con un turismo de mayor nivel que llega allí atraído, otra vez, por la belleza de sus playas. Esta isla tiene la particularidad de tener una doble laguna, esto es un “atolón dentro de un atolón”. Sus playas y los colores de sus aguas quitan la respiración y si bien tiene menos infraestructura sus propuestas hoteleras son superiores a las de rarotonga, incluso con varios hoteles con habitaciones directamente sobre el agua.
Te cuento del viaje. @marcelolopezcba. argentina