Aunque había leído y revisado y visto y analizado antes de viajar, me encontré con una ciudad que en alguna forma era más extraña de lo que había imaginado. No me refiero a la “extrañeza” que podría causar una cultura diferente, ni una situación caótica ni algo negativo, sino más bien una ciudad de alguna forma “inesperada”.
Sídney, capital de Nueva Gales del Sur y una de las ciudades más grandes de Australia, con más de 5 millones de habitantes. Quizás su icono más famoso sea la Opera Junto al puerto, sin embargo hay mucho más para ver y recorrer.
Nos alojamos en la zona de Potts Point, en el Quest Potts Point. Esta zona es magnífica para recorrer la ciudad, ya que si bien el transporte público es muy bueno, también estas relativamente cerca de todo. Es una zona segura, limpia, de fácil acceso y con muchos comercios y negocios de comida de todo tipo. Las casas del lugar mantienen un aire victoriano interesante y los parques son impecables. La estación de Kings Cross es un punto neurálgico aquí y te permite acceder a todos lados rápida y eficientemente en trenes nuevos que en el 99% de los casos circulan semi vacios.
EL primer paseo nos llevó caminando desde Potts Point por Cowper Wharf Road hasta el famosísimo jardín Botanico Real, un gran parque que se levanta junto al mar y las montañas que lo rodean. Es un paisaje muy bonito, obviamente muy verde, perfectamente cuidado y donde mucha gente corre, hace trekking o simplemente se sienta a descansar y admirar las vistas de la ciudad. Caminar por entre los senderos es enormemente placentero y relajante, asi hasta llegar a uno de esos sitios “icónicos” como el Mrs Macquarie´s Chair; una península pequeñísima con un paseo pedestre, arboles enormes y la famosa silla donde se cuenta que la Sra Macquaries pasaba sus ratos de ocio mirando la entrada de los barcos ingleses al puerto. Ella fue la esposa de uno de los primeros Gobernadores de New South Wales y la “silla” esta tallada a mano por presos del lugar en una piedra de arenisca.
Como Mrs Macquarie hay que sentarse o simplemente quedarse por ahí dando vueltas para admirar el paisaje. Desde allí las vistas son espectaculares y abarcadoras, incluso de la famosísima Opera. El lugar es una buena parada para recuperar energías.
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Camino por el parque Botanico |
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Vista del puente y la opera desde Mrs Macquaire´s Chair |
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Parque junto a la bahia |
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Panoramica de la bahia |
Continuando toda la rivera del jardín hacia el Oeste se llega a la explanada donde se levanta la Opera de Sydney. Está emplazada en una península pequeña sobre la misma bahía y es realmente muy atractiva por sus formas, siendo sin lugar a dudas un símbolo de la arquitectura mundial del siglo XX. Debo confesar que de alguna forma me pareció más pequeña de lo que esperaba pero cumplió sus expectativas. Recomiendo hacer el tour guiado para lo cual hay que comprar los tickets con anticipación en
www.sydneyoperahouse.comEn el año 1957 se realizó un concurso de arquitectura, a nivel mundial, para diseñar una casa de opera en esta ciudad. A ese concurso se presentaron 200 proyectos de todo el mundo y lo gano un casi desconocido arquitecto Danes Jorn Utzon, con la particularidad de que en su propuesta había esquemas y bosquejos de su idea conceptual (las “conchas” marinas o “velas” que se ven hoy) que rompía con los conceptos rectangulares y cuadrados del resto de las propuestas, pero no había ni una palabra de “como se construiría eso”. En el año 1959 comenzó la construcción y el mismo Jorn soluciono la construcción de las formas que quería para su edificio “tomándolas” de círculos y circunferencias. EL proceso fue complejo, para el año 1965 la obra continuaba y Utzon había tenido que dejar de lado varias “partes” de su proyecto original (sobre todo de los interiores, que por ejemplo los imagino abiertos), tenía cuestionamientos continuos por los costos que se habían disparado y fue entonces cuando el decidió abandonar el proyecto y Australia; dejando así a su creación sin terminar (incluso jamás volvió a Sydney a ver su obra terminada) En abril de 1966 el arquitecto Peter Hall fue contratado para diseñar los interiores y terminar la obra que fue inaugurada en 1973. El edificio está casi en su totalidad realizado en madera, lo cual me sorprendió. EL edificio es muy interesante de recorrer porque a las vistas clásicas se puede acceder en sus “interiores” digamos.
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La famosisima Opera de Sydney |
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Una vista perfecta de las tres «naves» |
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Explanada a la bahia |
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Detalle del revestimiento de las «conchas» |
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La estructura en aproximacion |
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Detalle de la estructura |
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Al fondo la Opera |
Desde todos lados, no hay que dejarlo de lado, se ve el también famosísimo puente sobre la Bahia de Sydney, el Sydney Harbor Bridge. Completamente realizado en acero y con su característica forma de arco que tiene sobre el agua mas de 500 metros de extensión, 50 metros de altura sobre el nivel del agua y su arco llega hasta los 134 metros. Es uno de los símbolos de la ciudad también, desde el año 1932 cuando fue inaugurado y entre las cosas que pueden hacerse en el esta la de subir y caminar por su estructura hasta el punto mas alto www,bridgeclimb.com para los que se animen y estén dispuestos a pagarlo.
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Vista del puente desde el Botanico |
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El puente y su arco de 134 metros de altura |
Muy cerca de la Opera y el puerto llegamos a un lugar muy bonito, Circular Quay, también un punto icónico de la ciudad y de referencia para moverse, llegar o ir a algún lado. Frente a este sitio parten la mayoría de los ferries y embarcaciones que te llevan a prácticamente todos los lugares y aquí también hay una enorme oferta gastronómica de la mano de Gateway, un centro comercial muy compacto y moderno con comercios y restaurantes de muy buen nivel y exquisita decoración.
Desde Circular Quay hacia el oeste, pasando por debajo de la autopista que se convierte en el Puente de la Bahía se llega a una zona de la ciudad que está en perfecto estado de conservación, más antigua, de inicios del siglo XIX, repleta de bares y pubs, con bellísimas vistas y calles angostas y edificios restaurados. Aquí solo hay que dejarse llevar y estar dispuesto a caminar para sacarle provecho al lugar. Hacia el sur, pasando por el Kings Wharf y el Acuario de la ciudad llegamos a Pitt Street. Esta calle netamente comercial, ubicada en el centro financiero, es un paseo en si mismo, edificios reconvertidos y perfectamente conservados, arboles añosos y la corrección de todo el paisaje Australiano. Por ella se llega hasta el Town Hall y yendo hacia el este nos vamos a Hyde Park, otro hermoso parque.
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Calles para recorrer tranquilo |
Sin embargo un punto interesante de Pitt Street es Queen Victoria Building, un precioso edificio del siglo XIX que originalmente fue diseñado para ser un mercado, paso por otros usos y termino siendo un centro comercial muy interesante. Vale la pena darse una vuelta por allí y caminar sus espacios interiores admirando el techo, las terminaciones de sus escaleras y el edificio en si mismo. Sobre el lado de George St. una estatua de la Reina Victoria preside el lugar y a un costado la estatua de 60 centimetros del Terrier Cairns de la Reina sobre una fuente se dice que cumple los deseos de quienes “donan” allí. Unos parlantes ocultos dejan escuchar al perro “pidiendo” dinero. www.qvb.com.au
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Vista desde George St |
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Un hermoso edificio |
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El Terrier de la suerte |
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Un centro comercial con exquisita decoración |
Siempre hacia el oeste otro lugar que hay que visitar es Darling Harbour. Es una zona portuaria pero completamente renovada, con embarcaciones de placer que circulan por allí y un espectacular conjunto de obras arquitectónicas modernas que hacen un marco increíble del lugar. Como siempre todo termina en un sinfín de propuestas gastronómicas, teatros y shows. Es un muy bonito paseo para hacer por la mañana y aprovechar la hora del almuerzo para descubrir algún “lunch” especial.
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Un paseo muy moderno |
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El diseño presente en cada detalle |
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Una vista de Darling Harbour |
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Panoramica del puerto |
La ciudad es muy “amigable” y se presta para recorrerla con calma. Es necesario al menos contar con dos días completos para poder tener una óptica más o menos general de ella y disfrutarla también porque tiene infinidad de espacios y lugares para el relax y el disfrute, aparte de las propuestas gastronómicas que como ya dije es innumerable.
Precios Australia no es destino barato por lo cual hay que moverse previendo cada detalle y aprovechando las oportunidades como los packs familiares de McDonalds o de Hungry Jacks (lo que seria Burger King en el resto del mundo) con hamburguesas, bebidas y papas todo para 4 a muy buen precio.
Sydney es uno de esos lugares que hay que conocer, vale la pena encontrarse con una ciudad occidental, pero a mi juicio, diferente. Tiene otro ritmo, otra dimension (siempre parece vacía) y la presencia constante de chinos la hace extraña. Es tal la comunidad china presente y la potencia de sus negocios aqui que las festividades de ese país son protagonistas de los calendarios comerciales y festivos australianos, hay malls de compras «exclusivos» para ellos y de algun modo uno se siente «desplazado».
Te invito a probar esta ciudad.
Te cuento del viaje. @marcelolopezcba. argentina